Porque el público lo pidió

30.1.09

A petición de ustedes, afables lectores de este blog resucitado de entre los hartos y huevones, tuve una sesión fotográfica al rededor de mi casa para atinarle al punto exacto donde la luz fuese favorable para que mi "cambio" se notase. Me sentí emo incomprendido tomandome fotos a lo bestia y después de depurar aquellas donde me auto-agarraba en la pendeja, he aquí unas cuantas:

- ¿Cuál cambio, maldita chismosa? ¡ni se notaaaaa!
- Ya sé... ¡pamplinas!


- ¡Eso parece Photoshop!
- No, de verdad estuve aplastada 2 horas
con la cabeza empapelada.

Ahora, viboread. Corred y contadle al mundo sobre la Britney Región 4 [inserte mis lloriqueos de nena aquí].

Post niña [porque sí, soy niña]

29.1.09

Habíame aburrido de mi jeta de pocos amigos, mi cabello de color aburrido, mi corte tan común y mis rizos voluntariosos, ergo, decidí cambiar aprovechando el "inicio de año" y demás mamarrachadas típicas del mes de enero.

El domingo en la mañana, desperté con unas inmensas ganas de arrancarme el cabello, después, más civilizadamente, me entraron unas ansias irremediables por raparme y al final, terminé en una estética [atascada de niños moquientos, papás gritones y señoras entubadas] para que alguna jovenzuela osase tasajear mi asimétrica cabellera.

Estaba conforme con la idea de que mi cabello quedase corto [porque ya estaba hasta la madre de estar peinándome] pero no contaba con que me había hecho un fleco y al final iba a quedar así:

Perdonarán la calidá de la imagen,
pero YouTube se negó a proporcionarme
un video más nítido para ilustrar este post.
Gracias por su comprensión... y si no comprenden
me vale.

Y sí, quedé así como Britney en su video de Womanizer, pero Región 4: ¡La cagué horriblemente! No tuve más opción que consolarme con unos tacos de suadero y pensar en que algún día mi cabello crecerá y no volveré a cometer semejante error, pero justamente estaba procesando la información, cuando una brillante idea brotó desde lo más recóndito de mi cerebro.

No conforme con haber quedado planchada [hablando de que ahora mi cabello tiende a ser lacio] y sentirme como Barbie de mercado [esas que tienen rebabas de plástico que parecen ser su alma] decidí teñir de azul las puntas de mi corta guedeja, pero al final de cuentas, soy fémina y observadora con tendencias a ser "radical" [ya sé, aún no se me cae por completo, esa costra mencionada aquí] y una amiga de Acatlán trae media cabeza pintada de azul y eso de repetir patrones no es correcto, no es de señoritas.

Después de tanto andarle dando vueltas a la paleta de colores primarios, decidí que fuera rosa así que llegué de nuevo a la estética [ahora sin niños moquientos ni papás gritones, pero viejitas entubadas y de melenas en tonos violaceos] para teñir mi cabello y ¡tooooooma! me sugirieron que lo colorease de morado porque el rosa se desteñía muy rápido y que mi tono de piel y que mis ojos y que mis tenis y que mi chamarra y que mejor volviera a nacer y la verga del muerto.

Total dije: "Pus chingue a su madre, que sea violeta-púrpura-morado ¡pero píntelo!" y así comenzó todo. Me senté frente al espejo de dimensiones descomunales a esperar que el show empezase. El encargado de dirigir mi transformación inició la mezcla de los químicos con que embadurnaría mi cabeza y yo impávida, observaba con ganas de salir corriendo, pero me aguanté.

Cuando tuve la cabeza envuelta en papel aluminio cual orden de gringas pa' llevar, me disponía a terminar de leer Taras Bulba cuando de repente sentí un golpe en mi regazo: era un montón de revistas Eres, In Fashion, Tú, De 15 a 20 y TV y Novelas. El artífice de mi cabello había creido conveniente que en lo que esperaba a que el peróxido surtiera efecto, yo leyese un montón de patrañas rosas y rozagantes. Le respondí que traía mi libro y que no se preocupase, pero nomás escuchó "LIBRO" y dijo: "¡Ay, no seas ñoña, lee una revista. Son más educativas y traen posiciones sexuales para que apantalles a tu novio!"

Sentí que el alma abandonaba mi cuerpo, porque:

a) ¿Cómo osa decirme ñoña cuando apenas llevamos 20 minutos de conocernos?
b)
Que yo sepa, Muy Interesante no es educativa, ergo, Eres, In Fashion, Tú, De 15 a 20 y TV y Novelas sólo provocan calambres cerebrales.
c) A menos que sea Playboy, Maxim o alguna de ese tipo, las demás ¿qué pinches posiciones sexuales tienen? ¿Maribel Guardia en alguna pose sexy es considerada para el Kamasutra?
d)
¿Apantallar? ¿Acaso no es tan noventera como "¡qué padre!"?
e) No tengo novio y no me lo tiene que restregar [inserte un lamento aquí].

Después de quedar 5 minutos en shock, desperté y me puse a leer mi LIBRO, hasta que regresó El Apantallador para pedirme que metiera mi cabeza en el secador [esos que parecen cascos de astronauta de la URSS] y ahí voy. Sentía que mi cerebro se evaporaba por el calor que despedía ese armatoste hasta que finalmente regresó a salvarme y llevarme a que lavasen mis greñas.

Finalmente veía que mi martirio estaba por terminar, pero ¡toooooooooma! El Apantallador se empeñó en peinar su creación y cuando menos me di cuenta, ya estaba envuelta en una nube de confusión y cepillos metálicos quema-orejas redondos tamaño payaso, secadoras, planchas y spray apestoso para quedar nuevamente como Britney Región 4 con puntas moradas que sólo se notan cuando estoy en el sol y como a mi me encabrona el calor solar, pues nunca se verá mi transformación.

No me quedó más que guardar mi libro, dar las gracias y dirigirme a la caja a pagar por una transformación que bien pude haber hecho en mi casa sin tener que gastar en peróxido y mano de obra inculta y ávida por deborar una TV y Novelas. Yo quería las puntas de un color chispeante y ahora sólo apesto a tinte y químicos, me quedé sin dinero para el resto de la semana y no se aprecia mi radicalidad ¡Malaya!

Retroceso

22.1.09

Este tiempo que estuve en rehab [dícese mi desintoxicación de la adictiva blogósfera y así] me la pasé rascándome el ombligo de una manera increiblemente deliciosa, poniéndome chones rojos y amarillos en las fiestas de fin de año, desperdiciando mis madrugadas con juegos como Crash Bandicoot [eso es vintage, no mamadas] que juré ante los ojos de diospadreredentor terminar YO solita y viendo toooooodas las temporadas de Daria, las que me llevaron al tunel del tiempo y cuando me di cuenta, empecé a tener flach-bacs de mi etapa puberta.

A cualquier lugar que iba, era una outcast desas insopostrables, un hígado con piernas y brazos, una cerebro intolerante, una calladita que a cualquier mínima provocación soltaba respuestas filosas e hirientes. Nomás no me hallaba y el único que me aguantaba y le cautivaba mi arrolladora personalidad era mi novio [el primero ¡aaah, qué tiernos!] que no era más que el amiguito-de-toda-la-vida que vivía en el edificio B de la unidad donde pasé esos días en los que mi cara se empezaba a llenar de barros y las chichis apenas se me veían.

En aquellos ayeres, teníamos Multivisión y por lo tanto MTV cuando era decente [Celebrity Death Match que era una joya, los cortos de Vacaláctica y obviamente Daria] los Red Hot Chili Peppers sonaban con Californication, canción perfecta para fajar con mi novio, pero como eramos unos mocosos, sólo nos agarrábamos a besos y el tiempo podía pasar hasta que tenía que irme a comer a casa de mi tía.

A pesar de vivir a un edificio de distancia, el muchacho en cuestión solía marcárme todas las noches para que salieramos a "platicar" y como eso se repitió durante 3 meses, me aburrí y lo mandé al carajo, pero seguimos siendo buenos amigos hasta que entramos a la preparatoria. Sabrá diospadreredentor como me volví más social, hice amigos por aquí y por allá, perdí la virginidad, empecé a fumar todo lo fumable y a tomar todo lo alcoholicamente tomable y él se volvió adicto a su patineta y a las viejas.

Cada quien anduvo en su desmadre hasta que un buen día me lo encontré en la tienda de Doña Chonita y mientras yo me compraba una cajetilla de Marlboro Light y él una leche Lala, le conté que en un mes me iba a mudar y que también me iba a cambiar de escuela y que ya había cambiado de novio y que la verga del muerto. Él, todo triste, me pidió que lo esperara a que subiera el encargo a su casa y cuando bajara, nos fumásemos un cigarro para que le contase todo el chisme.

Le esperé, fumamos y recordamos viejos tiempos. Prometimos seguir en contacto hasta estar arrugados como pasas y canosos y sellamos dicho pacto con un escupitajo-apretón-de-manos y un abrazo. Me mudé a mi ahora casa-con-vecinos-reguetoneros en septiembre y muy atento, en noviembre me marcó para felicitarme por mi cumpleaños. Pasamos horas hablando y quedamos en volver a hablarnos para salir algún día y pendejear un rato.

Años después, le marqué para saber de él, me contestó su mamá y me dijo que ya no vivía ahí porque había conocido a fulana de tal y se había ido a vivir con ella y que muy linda y que muy simpática y que bueno que me olvidó y que yo mala influencia y pachiche y sin chichis y que ella preciosa y amiga de todos y noble y que yo toda sin futuro y antisocial y amargue. Ya después de que me bajó la moral y las ganas de vivir, me preguntó por mis papás (¿?). Nunca más he sabido de él.

¡Aaaaah, los viejos tiempos! Y ahora heme aquí usando mi blog pedorro de catarsis, sacando mis pinches recuerdos y traumas polvorosos provocados por mis ganas de ver cada una de las temporadas de Daria [incluyendo las películas]. Mejor aquí dejo esto y me pongo a hacer algo más productivo.