Encontrábame sumida en una depresión pre-parto porque nadie me pela, que estoy bien pinche fea pero tengo una letra muy bonita y el dedo meñique de mi pie izquierdo es precioso, que llevo años sin probar las mieles del amors y que me voy a quedar sola y que terminaré como La Loca de los Gatos [la de Los Simpsons, pues] y que la verga del muerto, cuando creí que un rayito güero reguetoñero quería iluminar mi camino.
Regresaba yo muy feliz de la escuela y caminaba por la esquina de mi casa cuando de repente, un reguetoñero se me acerco. Inmediatamente pensé hasta en quitarme mis tenis para darselos y que no me hiciera nada, pero muy amablemente [si así se les puede calificar a sus acciones] me preguntó mi nombre. De igual forma, atiné a responderle con una sonrisa [que más bien siento que fue una mueca entre "no-me-robes-vivo-por-aquí" y "tengo-miedo"] para despistarle y le pregunté por qué quería saberlo y argumentó "nada más" con una sonrisita desas ligadoras que hacen que las reguetoñeras se bajen los calzones.
Instintivamente, dije para mis adentros: "Esto no puede ser, me quiere ligar y luego quitarme mis prendas más preciadas [o sea, el iPod que se ha salvado en dos asaltos y mi cel que se muere a la menor provocación] o definitivamente su cerebro empezó a funcionar y quiere que lo guíe por el camino de la rectitud y del rock para que vuelva a ser considerado persona." Pero obviamente, estaba muy equivocada: Resulta que estaba jugando verdáoreto con sus amiguitos reguetoñeros y sólo fui parte del castigo "ve-y-preguntale-su-nombre-a-la-primera-pendeja-que-pase-por-aquí".
Y así, después de autodecirme "¡toooooooooooooma!" me fui con mis honores a mi casa mientras escuchaba a lo lejos que gritaban mi nombre con todas sus fuerzas. Yo mejor mi voltée.
Moraleja: Si un reguertoñero te pregunta tu nombre, corre Lalá, corre.
Regresaba yo muy feliz de la escuela y caminaba por la esquina de mi casa cuando de repente, un reguetoñero se me acerco. Inmediatamente pensé hasta en quitarme mis tenis para darselos y que no me hiciera nada, pero muy amablemente [si así se les puede calificar a sus acciones] me preguntó mi nombre. De igual forma, atiné a responderle con una sonrisa [que más bien siento que fue una mueca entre "no-me-robes-vivo-por-aquí" y "tengo-miedo"] para despistarle y le pregunté por qué quería saberlo y argumentó "nada más" con una sonrisita desas ligadoras que hacen que las reguetoñeras se bajen los calzones.
Instintivamente, dije para mis adentros: "Esto no puede ser, me quiere ligar y luego quitarme mis prendas más preciadas [o sea, el iPod que se ha salvado en dos asaltos y mi cel que se muere a la menor provocación] o definitivamente su cerebro empezó a funcionar y quiere que lo guíe por el camino de la rectitud y del rock para que vuelva a ser considerado persona." Pero obviamente, estaba muy equivocada: Resulta que estaba jugando verdáoreto con sus amiguitos reguetoñeros y sólo fui parte del castigo "ve-y-preguntale-su-nombre-a-la-primera-pendeja-que-pase-por-aquí".
Y así, después de autodecirme "¡toooooooooooooma!" me fui con mis honores a mi casa mientras escuchaba a lo lejos que gritaban mi nombre con todas sus fuerzas. Yo mejor mi voltée.
Moraleja: Si un reguertoñero te pregunta tu nombre, corre Lalá, corre.
5 Comentos Coquetos:
Hahahahahahaha!!!
Es que sólo a ti se te ocurre decirle tu nmbre verdadero a uno de ellos!!!!
Eso no se haaaace!!!
XD
Pop!
Holaaa!! Qué bueno leerte de nuevo!! Qué original el reto de los reguetoñeros, bueno por lo menos no lo mandaron a darte un beso, iuuuu eso sí hubiese estado horrible.
Jajajajaja, chale con todo lo que te pasa y no tienes wey, ademas eres la pura onda!!!
Y tu blog rifa y controla!
\m/
¡Jaja! siempre te pasan cosas curiosas, quisiera tener esa suerte :P
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