Así es, a pesar de haberme puesto como firme propósito de Año Nuevo, mientras me atragantaba con las uvas que parecían manzanas y estaban tan retacadas de semillitas cual sandía, no volver a tocar algún tema relacionado con mis sabios consejos y artimañas útiles en los campos de batalla amorosos. Pero una vez más soy presa de mi espíritu chismoso o aventurero [¡ya ni se!] empero de que la que debía ser ayudada y juzgada por el dedo inquisidor de alguna psicóloga profesional con todo y su título enmarcado, debía ser yo.
Pues resulta que por mi brillantísima ocurrencia de irme a Canadá a mitad del cuatrimestre [a salvar foquitas y ositos polares y luchar en contra del calentamiento global como la heroína que soy] tengo que recursar las materias que dejé pendientes en aquel entonces, pero no contaba con la pizca de astucia del sistema de la escuela, que no sabe que estuve en una misión harto importante en las heladas tierras del norte y resulta que ahora por ser recursadora, debo llevar también unas pequeñas terapias psicológicas en penitencia a mi falta de compromiso con mi educación superior.
Soy una persona a la que nunca le ha gustado eso de los psicólogos, porque todos con los que he estado me han mandado a volar en tres meses [como todas mis relaciones amorosas que no pasan de este periodo de resistencia] sacándole enormes sumas de dinero a mi madre, que gustosa las paga en pro de que su retoño se vuelva un robotito más. Ya me estoy desviando, el caso es que honestamente, no me viene en gana ir a contarle mis traumas a una desconocida y menos a estas alturas universitarias.
Este conato de revolución de mi parte, en contra del sistema escolar que pretendía obligarme a ir con una psicóloga, repercutió fuertemente en mis intentos de hacer examen de Administración de Feudos II porque el viernes que intentaba entrar al H. CEA, llegué muy campante después de haber estudiado dos unidades de ochenta páginas [cada una], llené mi papeleta del Melate-CEA con mis datos personales, saqué mi credencial roída y entregué el combo al Señor de los Exámenes sólo para que me dijera: "Estás bloqueada por el CADE, tienes que ir con tu consejera y pedirle que te desbloquee". Así que salí echando pestes, como es costumbre, y me fui a meter a las fauces del CADE.
Ya estando ahí, me reprendieron por no haber ido a visitar a mi psiquiatra de cabecera y por no haber tomado Ritalin, así que exigí que me desbloquearan porque estaban mermando mi desempeño académico, aparte de que ya se me hacía tarde para irme a ver Gangster Americano con Nestor que estaba a unos minutos de llegar por mi para irnos cual veloces gacelas al cine de Plaza Antara, pero me dijeron que si volvía a faltar me bloquearían nuevamente y me encerraban en el calabozo más humedo de la biblioteca para que asistiese a mis consultas.
Corrí a hacer mi examen, vi a Denzel Washington tan guapote como siempre, regresé a mi casa y mi celular sonó. Era mi "consejera" diciéndome que me citaba el lunes a las 11:00 para reponer mis faltas a la moral, al Ritalin y a la salud mental, así que ahí estuve puntual el día acordado y todo fue irrelevante y me volvió a pedir que asistiera el martes 19 de febrero a las 12:00 para otra consulta, porque al parecer, mi personalidad arrolladora la dejó anonadada y quería sacarme la fórmula para ser tan encantadora.
Y así fue, llegué, pero no puntual porque estaba desayunando una rica dona y jugando ping pong con Ellie y Vic, y empezó con un cuestionario a cerca de los servicios que ofrece la escuela y de los intercambios con los cinco continentes y los siete mares por si me interesaba [¡claro que me interesa!] pero por extrañas situaciones la plática nos llevó a un lugar desolado que ella odia desde lo más profundo de su ser y cada que pronuncia su nombre, le dan ganas de escupir fuego [eso dijo, literalmente] y nuevamente, por otras azarosas razones, ese lugar le llevó a recordar a su ex-marido.
Tanta fue su concentración en liberar su frustación contra su ex-cónyugue, que yo sólo asentaba o negaba con la cabeza mientras miraba el reloj y escuchaba en los pasillos el clásico sonido de los alumnos saliendo de sus salones. Ella seguía con un monólogo sobre los defectos de su ex-ranchero y los motivos de su divorcio hasta que afortunadamente un incauto tocó a la puerta para preguntarle a la psicóloga si tardaba mucho porque tenía que hablar con ella y después correr a jugar futbol a lo que mi querida loquera le respondió que pasara de una vez porque ya había terminado conmigo. Me voletó a ver y tan rozagante me dijo: "Ya puedes irte, que bueno que nos escuchamos". Me dió mi paleta de colores y salí del salón.
Afuera, todos estaban como madres preocupadas buscándome porque ya nos ibamos a nuestras casas, pero yo estaba inmersa en mis pensamientos porque nunca me había tocado escuchar a una divorciada pues todos los problemas amorosos que he escuchado se arreglan con decir "lo voy a cortar" no con un "me voy a divorciar" ¿acaso estoy envejeciendo y ahora esta de moda divorciarte y no cortar? ¿acaso la escuela pretende volverme loca para que siga pagando hasta con el alma, mi educación? ¿acaso la escuela quiere que la Doctora Corazón de consultas a sus propios psicólogos? ¿acaso este será el fin de mi juventud en éxtasis y pasaré a la madurez en putrefacción? ¿alguien me regala más paletas como las que me da mi nueva paciente? Correré a ordeñar vacas antes de que seguir escribiendo se convierta en una actividad de vejez y mi frescura deje de ser perenne.
2 Comentos Coquetos:
No publiques esto en tu blog, solo es para que lo descifres.
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7 ****
?
Es algo sencillo si tienes dudas escribeme a:
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Jajaja me dio risa
Escribes bien comico te lo he dicho?? xD
Te qiero mensa :D
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