¿Quién demonios cruza la H. H. Ciudad de México a lo pendejo, dos veces en un mismo día? Pues yo

De plano que hay veces que mi pendejez rebasa los límites de la imaginación humana y llego a traspasar las barreras de la clasificación de personanoestúpida, como hoy y todo por no llamar para pedir informes.

Resulta ser que cursé la preparatoria en dos escuelas diferentes, pero ambas incorporadísimas a la UNAM. Saliendo de la educación media superior, decidí estudiar Derecho en otra escuela incorporadísima a la UNAM, pero como eso de tener cara de tabla todo el día no era lo mío, pues valió madre y me metí a la UNITEC a Ciencias de la Comunicación [que ahora es UNITEC 2.0 ¡ni RBD chingao!] y por lo tanto, tuve que ir a las entrañas de Ciudad Universitaria a sacar los papeles que avalan mi educación.

Pasé un rato en la UNITEC y como eso de pagar hasta por ir al baño tampoco era lo mío, decidí hacer el examen de admisión de la UNAM y me aceptaron y celebramos y lloré [bueno no, pero sí grité de la emoción] y me despedí de la UNITEC pedorra y saqué mis papeles [de nuevo y esos cabrones explotadores me cobraron las perlas de la vírgen] para regresarlos a las entrañas del Archivo General donde fueron forjados cual anillo en las entrañas del Monte del Destino [¡ay! ¡cuánto link!].

Total, el punto es que yo no sabía a donde iría a parar este asunto de la inscripción básicamente porque no sabía que carajos hacer con mis certificados de kinderprimariasecundariaprepa y si la UNAM aún me amaba tanto como yo la amo y me aceptaría sin ninguna excusa ni pretexto, así que le hablé a Quique para que me acompañase a la H. H. FES Acatlán, donde estudiaré arduamente y ahí me dijeron que tengo que ir a dejar mis triques a C.U. e inmediatamente, atravesamos la ciudad luchando contra señoras gordas, microbuseros del Estado de México y metros tan lentos como una anciana y llegamos a nuestro destino en dos horas.

Estando ahí, esperamos el Pumabus [que pasa por Archivo General, Universum y todas esas cositas maravillosas que la universidad resguarda celosamente en sus recovecos] y el hijodesupinchemadre tardó 45 minutos en pasar mientras nosotros nos derretíamos bajo el sol de las 3:50 de la tarde y cuando llegamos al recinto de los expedientes, me mandaron a chingar a mi madre con un:

"¡Híjole señorita! Tiene que dejar sus papeles en Avenida del Imán #7, está acá'trasito pero sólo es de 9 a.m. a 1 p.m."

¡Y yo que crucé cielo, mar y tierra en un vagón de metro sin aire acondicionado y siendo aplastada por un rollizo señor con tal de llegar a tiempo! ¡Yo que recorrí la ciudad de norte a sur deshidratándome y mueriendo de hambre [es que sólo desayuné un croissant con una taza de café] para volver a pertenecer a dicha universidad! ¡Esas son mamarrachas! ¡Por qué cierran tan temprano? ¿Qué no hay manuales de "Inscripciones a la UNAM para dummies"?

Ya no me queda de otra, mas que ir mañana [bueno, hoy con eso de que ya son las 12:20 a.m.] a darme otra vuelta y ver si me abren los brazos y me dan una paleta por tan heróico esfuerzo.