Eso de que cualquier chango entra a la universidad, yo no lo creo. Y es que este cuatrimestre metí materias que no comparto con ninguno de mis amigos, pero si con unos changuitos que son bien monos y que me hacen el día. Por lo menos, desde hoy se volvieron el tema de mi estudio dado que mi querido iPod sigue sin hablarme y no tengo con que entretenerme porque mi cel se quedó cieguito el año pasado y no le he cambiado la pantalla ni he comprado uno nuevo... pero ese es otro asunto. Lo que concierne al post del día, es que estos monitos son todo un caso porque cuenta la leyenda, que en su selva son los más galanes y todas las changuitas les quitan los piojitos con cuidado para no despeinarlos ni dañar sus ropas más finas, que usan para ir diariamente a la escuela y conquistar humanas y monitas por igual con sus arrolladoras personalidades y sus Nextel sonando a mitad de clase. Este changuito rojirosado es el que maneja a los demás, es el jefe de la manada, dicho sea con propiedad. Por l...
Alguna vez alguien me dijo que soy agridulce... talvés haya tenido razón...